Se conocieron nuevos detalles de la insólita situación que se generó en el entretiempo del partido entre el Xeneize y el Globo

>“Hay versiones encontradas”. Las imágenes del entretiempo en el partido entre Huracán y Boca en Parque Patricios expusieron un evidente cortocircuito entre el líder del cuerpo técnico xeneize, Miguel Ángel Russo, y quien es uno de los capitanes del plantel, Miguel Merentiel. La transmisión oficial exhibió al uruguayo apareciendo en cancha mientras se realizaba su sustitución previo al reinicio para darle lugar a Milton Giménez. Dubitativo, el 16 se mantuvo a unos metros de la línea de salida y, cuando certificó que en el cartel electrónico figuraba su dorsal, se fue corriendo al vestuario (luego se supo que rompió el vidrio de una puerta de una trompada). Ahora se conocieron nuevos detalles del episodio.

La salida del delantero no solo descolocó al público, sino que también fue interpretada como un mensaje hacia dentro del vestuario. Según trascendió, no fue una decisión consensuada, y dejó al descubierto una falta de comunicación entre el cuerpo técnico y algunos referentes del plantel.

Mientras Merentiel no dialogó con la prensa ni se expresó, el periodista Esteban Edul relató la cronología de esta secuencia en ESPN: “Russo llegó muy molesto al vestuario por el rendimiento del equipo y fue muy duro en su autocrítica porque habían jugado muy mal. Levantó la voz, enojado, y puntualizó en cosas que no le habían gustado. Ahí Merentiel respondió, también levantó la voz y se metió cuando hablaba Russo. A partir de eso, otros jugadores también hablaron y Miguel ordenó el cambio. Merentiel afuera, Giménez adentro”.

Desde adentro se contó que Merentiel entendió en un principio que estaba afuera del partido y se sacó la camiseta y la remera térmica que llevaba puesta. Pero, en el interín, algunos compañeros le llamaron la atención para que se pusiera de nuevo la indumentaria y saltara al campo de juego ya que seguramente había sido un enojo momentáneo de Russo. Por eso es que la Bestia disputó el primer tiempo con mangas largas (de la remera térmica) y, justo antes de marcharse al vestuario, solamente tenía puesta la camiseta.

Edul continuó: “Los suplentes estaban haciendo la entrada en calor dentro del campo de juego y Úbeda llamó a Giménez. Miguel le dijo que hiciera el cambio. Esta parte es a interpretación: ¿hizo el cambio o fue una reacción en caliente? Entre los jugadores de Boca quedó la duda de si era para sacarlo o la calentura de Russo porque Merentiel le había respondido en el vestuario. Los compañeros le dijeron a Merentiel ‘dale, cambiate, entrá; no salgas’, porque para ellos no estaba claro que era un cambio concreto. Merentiel se puso la camiseta y entró tímidamente a dos metros de la línea viendo si salía o no. El resto lo indujo a que se había tratado de una calentura”.

Repercusiones y pases de factura

El episodio encendió las alarmas y generó cuestionamientos hacia Russo, quien suma apenas siete partidos en su nuevo ciclo y ya enfrenta un desgaste prematuro. En medio de rumores de malestar interno, se habla incluso de que el técnico podría ser reubicado en otro rol, como manager, si la crisis se profundiza.

En paralelo, en el Consejo de Fútbol tampoco cayó bien la gestión del cambio, y se cuestiona la conducción táctica y anímica del plantel.

Un reflejo del caos generalizado

El caso Merentiel es mucho más que un cambio mal ejecutado: es el síntoma de un equipo desorientado, sin rumbo ni liderazgo claro. La falta de reacción colectiva y las decisiones contradictorias desde el banco alimentan una sensación de improvisación que hoy tiene a Boca al borde del colapso deportivo.

Con un calendario exigente y una Bombonera que exige respuestas inmediatas, el margen de error se agotó. El futuro de Russo, de varios jugadores y de la estructura misma del club está en juego.